sábado, 26 de septiembre de 2009

G20

Lo reconozco, yo lo admiraba, e incluso me parecía que sus criticas a los concursantes de OT se quedaban cortas. Sobre todo las referidas a la actitud de algún que otro concursante.
Las quejas, falta de interés y la mala forma con que encajaban algunos las , no lo niego, duras criticas de este personaje, dejaron en evidencia que se trataban en muchos casos de niñatos, que no se merecían ganar mas dinero en unos meses que la mayoría de científicos e investigadores de este país ganaran en toda su vida. Por eso esperaba algo mas de ese nuevo programa llamado G20, pero que desengaño, el inefable Risto se ha convertido en una especie de Torquemada faltón y algo machista.
En sus cinco primeros programas he visto como señalaba con su dedo acusador a cierta dirigente socialista, culpabilizándola de los tejemanejes que sus padres realizaban para conseguir una alcaldía. Responsabilizar a los hijos de las acciones de los padres es algo digno de la época de la inquisición, como digo es mas propio de un vulgar Torquemada que de un tío que va de “moderno”, esta forma de pensar me retrotrae  a siglos pasados, donde incluso se obligaba a los descendientes a seguir pagando las deudas de sus progenitores cuando estos morían.
Pero lo mas llamativo y sorprendente son las muestras de machismo que nos ha ofrecido, una de ellas refiriéndose a la futura boda de otra política, a la cual le sugería lo que debía llevar, según la tradición, algo nuevo, algo prestado y algo usado, pues bien, este señor afirmo que no necesitaba buscar algo usado, por que para usada ya estaba ella, pues no era su primer matrimonio. Esto, mas que una gracia, me parece una insinuación machista digna de un español de la época franquista y un insulto.
Pero no se queda la cosa aquí, unos días después, comentando la retirada del señor Solbes, nos soltó una homilía sobre buenos y malos políticos, mientras hablaba de buenos políticos salieron de fondo unas fotos en las cuales, que curioso, los rostros eran todos masculinos, y cuando hablo de los malos, ¿casualidad?, sus palabras se acompañaron de rostros femeninos. El mensaje subliminar, intencionado o no, quedo muy claro.
Creo que a Risto se le ha subido la fama a la cabeza y que se cree por encima del bien y del mal, los medios han creado un nuevo ídolo que esta demostrando tener los pies de barro y al que deberían devolver de nuevo a su profesión original antes de que como Júpiter, termine devorando a sus hijos.